El miércoles pasado se dio una de las batallas más intensas y simbólicas en las que la realidad virtual se impuso a la realidad real: “alguien” solicitó el amparo de la justicia para dos hijos del presidente emérito López Obrador por temor a arrestos en el proceso de investigación de casos de huachicol marino. Lo interesante del asunto fue que todo el procedimiento cumplió los requisitos reales, pero sin que existiera ninguna carpeta de investigación ni averiguación previa que pudiera haber colocado a los López Beltrán en el camino de órdenes de aprehensión.
Por la tarde, casi ocho horas después y con las redes hirviendo por un suceso político real –los amparos concedidos por una jueza de Zacatecas–, basado en hechos no jurídicos ni procedimentales –la averiguación previa