El domingo en la madrugada robaron a dos amigos en Villavicencio. Dos muchachitos con un cuchillo se sintieron fuertes para llevarse sus pertenencias: algo de dinero, un celular, unos audífonos, libros, que ojalá lean.

Justo después del robo, mis amigos se percataron de que había policías muy cerca. Prácticamente presenciaron el hurto. Se les hizo un reclamo. Ellos respondieron que la hora era peligrosa. Se justificaron. Dijeron tácitamente: “ese no es nuestro problema”. Ante la respuesta de los agentes, solo queda decir que la tesis de la “seguridad” que promulgan tantos políticos y ciudadanos es una tesis falsa.

Es decir, entre más policía en las calles, no se garantiza la seguridad. Al contrario, esos recursos que se invierten en la fuerza pública podrían destinarse a cambiar las estr

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