Aunque estamos comiendo más salmón y más atún rojo que nunca y la moda de los sushis y los ceviches ha calado en todas las edades, el consumo de pescado en España no deja de desplomarse desde hace años. Puede parecer una paradoja, porque ahora no hay restaurante que se precie sin su ración de pulpo en la carta o porque el auge de las gastronomías orientales ha introducido especies que antes no se conocían aquí, pero los datos de la última década son rotundos: de los 26,4 kilos que cada persona comía anualmente en 2014, se ha pasado a apenas 18 kilos en 2024, lo que representa casi un 32% menos. Y esto ha supuesto, entre otras cosas, el cierre de unas 5.000 pescaderías en España, un tercio de las que existían en 2007.

«Estamos viviendo en un momento de cambios sociales profundos y de nueva

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