Han pasado cuatro décadas, pero Arturo Luna recuerda cada sonido, cada imagen, cada silencio del sismo de 1985 como si hubieran ocurrido ayer.

Hoy, a sus 76 años y aún activo en la Cruz Roja Mexicana, vuelve a ese amanecer que cambió para siempre la capital del país.

El inicio de una jornada impensable

“Buenas tardes. Mi nombre es Arturo Luna. Hace cuarenta años, tenía yo treinta y siete años, y mi cargo, más bien, tenía yo grado de capitán como operador paramédico de Cruz Roja Mexicana”, comienza su relato para Infobae México , con la misma serenidad con la que entonces recorrió una ciudad devastada.

Aquella mañana de 1985, una sacudida de 8.1 grados estremeció la capital.

Arturo recibió la orden de tomar una unidad de la Cruz Roja para hacer un recorrido de verificación y

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