A las 7:19 horas del 19 de septiembre de 1985, México vivió uno de los capítulos más dolorosos de su historia reciente, un terremoto que dejó miles de muertos, familias destrozadas y una urbe sumida en la desesperación.

No obstante, de entre los escombros también surgieron historias de vida y solidaridad que marcaron a varias generaciones. Dos de ellas siguen resonando 40 años después: la del “joven terremoto” y el nacimiento de la Brigada de Rescate Topos de Tlatelolco.

La criatura

Jesús Francisco Flores Medina, también conocido como el “joven terremoto”, es uno de los símbolos de esperanza que emergieron de aquella tragedia. Su madre falleció en el derrumbe de un edificio en la Plaza Garibaldi, pero su abuela , Brenda Medina , logró rescatarlo a

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