"En 2015 arranqué con el triatlón y duatlón. Al principio la meta era saber si podía complementar más de una disciplina, habida cuenta que de chico empecé haciendo atletismo, luego incursioné en la natación y la bici siempre fue una herramienta que me llevaba a todos lados. Con el tiempo me fijé objetivos y me propuse participar de un Mundial de triatlón. Lo intenté muchas veces, hasta que en el cuarto intento salió bien, logré clasificar en Bariloche, diez días antes de la pandemia, al Mundial, pero todo se postergó hasta diciembre del año pasado".

Gonzalo Arranz está disfrutando del esfuerzo diario, la rutina en un deporte donde sólo se obtienen resultados si el entrenamiento es constante.

"Lo mental, en nuestro caso, juega un papel preponderante. Soy puntilloso en ese tema, hago visua

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