Cuando conoció la enfermedad autoinmune de su hijo y el extenso y desgastante tratamiento que conllevaría, la doctora en Biología Tamara Rubilar agradeció que el niño "tuvo la suerte de nacer en casa de un científico" . Años después, los corticoides fueron reemplazados por un "guiso de mar" que la propia familia preparaba – un medicamento que su madre, científica del CONICET, creó con sus propias manos a base de erizos de mar y, como contó a Diagonales Stream , ahora se busca producir en masa pese al desfinanciamiento de la ciencia nacional.
"Yo siempre digo que tuvo la suerte de nacer en casa de un científico" , comenzó su relato la especialista. Su segundo hijo "nació con una enfermedad autoinmune que le generaba que no tuviera defensas y le causaba una inflamación intestinal