El problema es el adverbio que ha utilizado la ministra de Igualdad. Prácticamente. No es lo mismo decir "ninguna persona" que "prácticamente ninguna persona".

El fiasco de las pulseras telemáticas se va tornando cada vez más grotesco. Prácticamente ninguna persona significa alguna persona. De manera que la ministra de Igualdad estaría reconociendo que efectivamente el fallo en el dispositivo de vigilancia le habrá procurado a maltratadores una injusta impunidad porque ante el juez no se ha podido entregar como material probatorio el posicionamiento de estos delincuentes.

La ministra de Igualdad, Ana Redondo, no ha ofrecido una disculpas y su carta de dimisión, que sería lo que procedería; sino que ha cargado contra quienes han denunciado los múltiples fallos de las pulseras de detección

See Full Page