La inteligencia artificial (IA) dejó de ser un tema de laboratorio para convertirse en un fenómeno transversal que atraviesa empresas de todos los tamaños y sectores. Lo que hasta hace pocos años era apenas una promesa futurista, hoy ya está presente en la rutina laboral de programadores, abogados, profesionales de logística y empleados administrativos. Sin embargo, detrás de la fascinación por el avance tecnológico, emerge una pregunta que interpela tanto a empresarios como a trabajadores: ¿cómo aprovechar el potencial de la IA sin perder de vista el valor humano que sostiene a las organizaciones?
La magnitud del cambio es clara. Según Great Place To Work, el 78% de las compañías ya adoptó herramientas basadas en IA. GitHub estima que el 97% de los programadores recurrió alguna vez