La inteligencia artificial avanza a un ritmo que ya no solo sorprende, sino que transforma de manera radical los cimientos del mercado laboral. Su implementación se ha extendido más allá de las tareas automatizadas y repetitivas, y hoy abarca sectores que hasta hace poco parecían exclusivos del razonamiento humano, como el análisis financiero, la creación de contenido o el diagnóstico médico . Este fenómeno ha comenzado a desplazar mano de obra en distintos niveles, desde operarios industriales hasta profesionales cualificados, provocando una profunda reflexión sobre el futuro del empleo y la necesidad urgente de una reconversión de habilidades. Frente a esta realidad, los expertos advierten que no se trata de una amenaza lejana, sino de un cambio estructural que ya está en marcha.
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