Tras la derrota electoral en la provincia de Buenos Aires, el presidente Javier Milei ha moderado su discurso y ha comenzado a reconocer errores. Sin embargo, el revés en el Congreso, ocurrido diez días después, ha llevado a una reacción más agresiva por parte de Milei y su equipo. Se han lanzado acusaciones de desestabilización hacia la oposición, mientras que militantes del oficialismo, incluidos algunos funcionarios, han intensificado los insultos hacia otros partidos políticos, incluso aquellos que anteriormente colaboraron con el Gobierno.
La respuesta del Gobierno ha sido variable, oscilando entre victimización, contraataques y reconocimiento de errores. En un acto de lanzamiento de campaña en Córdoba, Milei adoptó un tono belicoso, a pesar de que horas antes había intentado transmitir un mensaje de calma en la Bolsa de Comercio de Córdoba. En ese discurso, responsabilizó a la oposición por frenar los cambios estructurales que, según él, Argentina necesita para salir de la crisis.
En entrevistas con medios locales, Milei acusó directamente al kirchnerismo de "torpedear" la economía desde febrero, afirmando que esto genera turbulencias y volatilidad en el mercado. Por su parte, Federico Sturzenegger, titular de Desregulación, reconoció errores y apeló al apoyo del electorado de derecha, expresando que la reciente elección fue un golpe que obligó a una autocrítica dolorosa. Sturzenegger enfatizó que el Gobierno no tiene operadores judiciales y minimizó el escándalo de supuestos sobornos en la Agencia de Discapacidad, pidiendo no dejarse confundir por audios editados.
En un tono más vehemente, Patricia Bullrich, ministra de Seguridad, acusó al Congreso de "poner bombas" en una entrevista reciente. Bullrich ha asumido un papel protagónico en la campaña y en la política nacional, actuando como mediadora en la crisis interna del Gobierno. En sus declaraciones, criticó la actitud del Congreso, afirmando que ignoran los logros del presidente y del Gobierno, y que buscan desestabilizar el plan económico. La situación actual del Gobierno de Milei se complica a medida que se profundiza la crisis económica en el país.