“Los accionistas del Sabadell viven pobres y mueren ricos” . Así reza un dicho popular de la ciudad vallesana que vio nacer el Banc Sabadell en 1881 . En el último año, ante la amenaza existencial que supone la opa presentada por el BBVA en 2024 y que podría suponer el punto y final a la empresa más célebre de la ciudad, son muchos allegados a la entidad los que han insistido en que el Sabadell es “más que un banco” y que han apelado al factor sentimental para rechazar la propuesta del banco de origen vizcaíno.
‘Factor sentimental’ puede sonar a oxímoron radical cuando hablamos de un banco hecho de balances, sometido a resultados, pendiente de la evolución de la acción y con la vista puesta en el dividendo. Pero Joan Corominas Guerin y Joan Llonch Andreu son la prueba de