Guardias civiles en prácticas han sido obligados a hacer los exámenes de septiembre sin haber dormido, tras haber tenido turno de noche y salir a las 6:00 horas de la mañana. Otros han tenido que ir a las pruebas directamente de empalmada desde el trabajo y posteriormente continuar trabajando.

Una situación que en ambos extremos «puede hacer que repitan curso o sacar peor nota y que los destinos a los que puedan optar sean peores», denuncia en OKDIARIO la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) , la decana de las organizaciones profesionales de guardias civiles. La AUGC ha recibido «un aluvión de quejas» de compañeros afectados, entre ellas también de quienes han tenido que hacer los exámenes durante su descanso semanal.

Sólo a algunos se les ha dado el día libre, que es lo que convino la Dirección General de la Guardia Civil en agosto de 2022, precisamente tras una queja de la AUGC denunciando estas prácticas. Por tanto, los agentes no se han presentado en igualdad de condiciones al examen.

«La culpa de esto la tienen los mandos de la unidad y la Jefatura de Personal de la Dirección General de la Guardia Civil, que lo permite», declara a OKDIARIO Eugenio Nemiña Suárez , responsable jurídico de la AUGC, vocal del Consejo de la Guardia Civil y de la Comisión de Riesgos Laborales.

Dos años de formación

Los aspirantes a guardias civiles reciben un año de formación en la Academia de Baeza (Jaén) y después están otro año en prácticas en una unidad de la Guardia Civil, durante el cual también tienen exámenes de refuerzo, uno cada trimestre.

Aunque en 2022 la Guardia Civil reconoció que estos exámenes «deben ser computables como horas de servicio» -es decir, realizarse en horas de trabajo-, como consta en el documento que acompaña a esta información, los efectivos se han encontrado en la última prueba, que tuvo lugar el pasado martes, 16 de septiembre, con que «otra vez cada unidad ha hecho lo que le ha dado la gana».

Respuesta de la Guardia Civil.

Deben unificarse criterios

La AUGC se dirigió a la Dirección General varias semanas antes de la prueba reclamando que diera instrucciones para que se cumpliera su palabra. «Sin embargo, hizo oídos sordos y el examen fue un cachondeo », critica Eugenio Nemiña, autor del escrito.

«Si los jefes de las unidades dieran descanso todas las semanas a los guardias, seguro que saltaban para decir que no. Pero como es al revés, que los tiene trabajando, lo consiente», apunta indignado, destacando que es «muy típico» en la Dirección General que cuando no le interesa algo, responda tarde para no tener que cambiar el criterio que se está llevando a cabo.

En el escrito que envió a la directora de la Guardia Civil antes de este examen, Nemiña reclamó saber si desde la Dirección General se ha modificado el criterio que trasladó a la AUGC. De haberse modificado, pidió saber cual es el nuevo criterio y la justificación del mismo, pues no entiende que la realización del examen oficial deba hacerse en el tiempo libre o de salida.

De seguir el mismo criterio de 2022, reclamó que se transmitiera de forma urgente a las distintas unidades, ya que debían contar con tiempo suficiente para organizarse.

En la misiva subrayaba que no se puede estar todos los años con interpretaciones, opiniones o pareceres sobre si cuenta o no como horas de trabajo un acto obligatorio, como es la realización de un examen y, lo que es más grave, que la Jefatura de Personal, «en lugar de unificar criterios y aclararlo de una vez por todas, se mantenga al margen año tras año».

«¿Tienen derecho a que les cuenten las horas? Pues trasládenlo así a todas las unidades de modo claro y, si es necesario, se traslade a las unidades donde están los alumnos la fecha de los exámenes con indicación de que es en horas de trabajo. ¿Lo tienen que hacer en su tiempo libre? Pues déjenlo igualmente claro para evitar el jaleo de todos los años», reclamó.

Nemiña no da crédito a que en la institución se gasten «miles de días de trabajo en desfiles y actos protocolarios, incluso se contrate un servicio de limpieza con reserva de horas para dichos actos, pero los alumnos tengan que hacer sus exámenes en el día libre, el saliente o lo que les coincida».

«La Guardia Civil no puede seguir mirando hacia otro lado sin solucionar los problemas que tienen los compañeros. No puede ser que no entren en igualdad de condiciones a una prueba donde se juegan su futuro », reitera Nemiña.

El reparto de alumnos en las unidades

Desde que los alumnos salieron de la academia a finales de junio, están en alguna unidad trabajando. Una vez que finalicen las cuarenta semanas de prácticas en unidades del Cuerpo que recoge el plan de estudios de la enseñanza de formación para la incorporación a la escala de cabos y guardias de la Guardia Civil, continuarán en las unidades donde se encuentren hasta la obtención del primer destino como guardia civil.

Según los datos a los que ha tenido acceso OKDIARIO, entre septiembre, noviembre y el próximo mes de enero se prevé la incorporación de hasta 299 alumnos en prácticas en Tráfico, 177 en los GRS y 145 en Fiscal.

A Criminalística se incorporarán 23, a Caballería 17, a la UCO 14 y al Seprona 10. Asimismo, se han asignado 9 agentes en prácticas a Marítimo, cuatro a Información, tres a Telecomunicación, dos a la ORIS, otros dos al GEAS y uno a Intervención de Armas.

La AUGC afirma que la Benemérita «cubre la falta de agentes con alumnos que deberían dedicarse a aprender y no a ejercer funciones de profesionales» .