Por. Antonio Pérez Esclarín ( pesclarin@gmaial.com )

Ante el creciente deterioro del planeta, el agotamiento de sus recursos y la profundización de las desigualdades, pues el 18 % de la población mundial consume los recursos del 82% de la tierra, viene surgiendo un clamor general, cada vez más vigoroso, que promueve la necesidad de cambiar el actual modelo de desarrollo que, ciertamente, no es sostenible. Por primera vez en su historia la humanidad tiene que enfrentarse al problema de su propia supervivencia.

Ya no podemos tratar al planeta tierra como siempre lo hemos hecho, como una especie de baúl con recursos ilimitados. Nos hemos dado cuenta de que los recursos son escasos, muchos no son renovables, y además están muy mal repartidos. El proyecto de un desarrollo ilimitado ya no l

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