El primer ministro británico, Keir Starmer, anunció este domingo que el Reino Unido reconocerá oficialmente el Estado de Palestina. A pesar de la presión ejercida por Estados Unidos, Starmer destacó en un video en redes sociales que este reconocimiento busca mantener viva la posibilidad de una paz duradera y una solución de dos estados. Afirmó que actualmente no existe un Estado palestino viable, lo que marca un cambio significativo en la política exterior británica.
Starmer declaró: "El momento ha llegado" para este reconocimiento, en un contexto de escalada del conflicto en Medio Oriente. La decisión ha suscitado fuertes críticas, especialmente de Israel, que considera esta medida como una recompensa para Hamás. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, expresó que no habrá un Estado palestino al oeste de Jordania y calificó la decisión británica como una provocación.
Estados Unidos también se opuso a esta decisión, reiterando que no tiene planes de seguir el ejemplo de otros países en el reconocimiento de Palestina. En este contexto, otros países como Canadá y Australia han adoptado posturas similares. Canadá fue el primer país del G7 en reconocer a Palestina, con su primer ministro, Mark Carney, comprometiéndose a trabajar por un futuro de paz. Australia, a su vez, anunció su reconocimiento, con el primer ministro Anthony Albanese indicando que estos tres países unirán esfuerzos internacionales para impulsar una solución de dos estados.
A pesar de que la Asamblea General de la ONU busca que más naciones sigan esta línea, el gobierno británico no asistirá a la sesión, dejando la decisión en manos del liderazgo. Starmer enfatizó que su reconocimiento no es una recompensa para Hamás, sino una postura basada en la realidad humanitaria y en su visión de una solución pacífica. También expresó su solidaridad con las familias británicas de rehenes en Gaza y condenó la violencia de Hamás, subrayando que esta organización no debe tener participación en ningún Estado palestino.
Sin embargo, la postura de Starmer ha generado rechazo entre algunos familiares de los rehenes y en Israel, donde el Ministerio de Relaciones Exteriores acusó al primer ministro británico de premiar a Hamás y de alimentar la amenaza yihadista. Esta decisión del Reino Unido representa un momento crucial en la política internacional en relación con el complejo y doloroso conflicto en Palestina.