Gustavo Sánchez Parra confesó que Amores Perros (2000), lo obligó a salirse de la comodidad del teatro. Recordó que en las pruebas para su personaje, Octavio, Alejandro González Iñárritu le pidió hablar como alguien de la calle.

"Me dijo, tú hablas muy claro, muy perfecto, pero este personaje tiene un calor, es de la calle. Yo le respondí que si lo hacía a partir de un cliché, iba a sonar forzado. Le pedí tiempo para investigar cómo hablaban en ese entorno. Después me pidió que le pusiera un tic nervioso y de nuevo tuve que pensar de dónde venía. Llegué con varias propuestas y él eligió cuáles usar. Confiaba mucho en su intuición y yo creo que eso se dejó ver en toda la película", relató.

El actor compartió estas memorias en Puerto Vallarta, durante el segundo encuentro magistral celebra

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