La final del disco en el Mundial de Tokio se tuvo que retrasar un par de horas por el tremendo aguacero que condicionó la última jornada del campeonato. La lluvia dejó en muy malas condiciones el círculo de lanzamiento y los discóbolos se tuvieron que jugar el físico. La prueba más evidente fue la caída del austriaco Lukas Weißhaidinger, medallista olímpico, mundial y europeo, en su tercer lanzamiento.

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