Nació y creció en una pequeña comunidad rural y desde joven trabajaba incansablemente para ayudar a su familia a salir adelante. A pesar de las dificultades, Madison Lozano siempre mantuvo una actitud positiva y perseverante, lleno de ilusiones y muchos anhelos de tener un mejor futuro.
Antes del accidente, el cabo Lozano disfrutaba de actividades con su familia y realizaba su servicio como solía hacerlo a diario junto a los soldados que tenía al mando. La música era uno de sus grandes amores y el fútbol ocupaba su tiempo libre.
El día que lo cambió todo
El 21 de octubre del año 2020, en cumplimiento de la misión, patrullaba en área general del Urabá, departamento de Antioquia, de la que dice es «Una región muy bonita y con mucho potencial de desarrollo, pero que infortunadamente, ha si