Cristóbal Villalobos relata su pasión por el Málaga y, al mismo tiempo, retrata la dinámica de los clubes de fútbol

Las pasiones futboleras tienen ciclos. La frase aquella de que en esta vida se puede cambiar de todo menos de equipo de fútbol acepta matices. Porque no hace tanto, en muchos lugares, lo más normal era que el hincha destinara una parte de sus afectos para el equipo local, al que seguía cada domingo, y otra para el mal llamado equipo grande, que permitía disputar competiciones internacionales y ganar títulos. Te preguntaban de qué equipo eras. Contestabas y, si la respuesta no era el Madrid o el Barcelona, te volvían a preguntar hasta que encajabas en algún molde. Esa tendencia ha ido cambiando con el tiempo. Los clubes más ricos siguen siendo los más globales, pero la cultur

See Full Page