Una postal enviada desde la sede de las Naciones Unidas en Nueva York llegó a la oficina de correos en Ottawa, Illinois, en agosto.
No habría sido nada fuera de lo común, salvo por el hecho de que tenía matasellos de las 8:00 p.m. del 17 de junio de 1953.
Según The Times (Ottawa), los funcionarios postales creyeron que la postal, dirigida a “Rev. F. E. Ball y familia”, se había perdido en la ONU durante los últimos 72 años y solo recientemente fue encontrada y enviada por correo.
Sin embargo, para cuando reapareció, la familia Ball ya no vivía en esa dirección.
Pero el jefe de correos de Ottawa, Mark Thompson, no podía simplemente desecharla: merecía encontrar su camino de regreso a su destinatario original o a un descendiente.
Decidido, Thompson comenzó a preguntar en la comunidad.