Fue una matanza entre familiares la registrada la madrugada del 15 de septiembre en el viejo San Nicolás de Carretas, pero los casquillos de nueve milímetros y calibre .223 revelan también una trama criminal metida hasta el hueso de la actividad política, que va más allá de los límites del pueblo también conocido como Gran Morelos.
Después de más de una semana de celebraciones, entre las fiestas patronales y la víspera del obligadamente cancelado Grito de Independencia, siguió el tercer domingo festivo, el 14 de septiembre, a pesar de que la corrida de toros anunciada con anticipación había sido suspendida por la justicia federal, con la advertencia, incluso, de mandar a la Guardia Nacional si los organizadores insistían en realizarla.
El alcalde, Óscar Luis Miramontes Pérez, “Kilín”, es