Tijuana, BC.- Aún conmovido por la tragedia, el pastor Marcelino José Ávila observa con nostalgia lo que quedó de su hogar en la colonia Divina Providencia, donde el pasado martes un incendio consumió parte de su patrimonio. Entre las paredes ennegrecidas por el humo y los restos calcinados de sus muebles, intenta hallar fuerzas para empezar de nuevo.
El siniestro no solo redujo a cenizas años de esfuerzo, también dejó a la familia con la incertidumbre de no saber cómo reconstruir lo perdido. Sin embargo, Marcelino conserva la fe y apela a la solidaridad de la comunidad para levantarse de esta adversidad.
Podrá recibir desde un clavo hasta un barrote para reconstruir su vivienda y en su momento para que sea un espacio seguro para quien lo necesite en emergencias como la que atraviesa.