Bad Bunny lo hizo otra vez: no solo lanzó un álbum que se convirtió en un fenómeno global, sino que ahora lo transformó en una experiencia en vivo que está sacudiendo la industria. Su proyecto Debí Tirar Más Fotos no se queda en la música; el conejo malo lo expandió en forma de residencia en Las Vegas, un espectáculo inmersivo que mezcla concierto, performance y comentario social. El resultado es más que un show: es una declaración cultural.

La residencia, que abrió hace unas semanas, ha sido descrita como “una montaña rusa emocional” donde los asistentes no solo escuchan canciones, sino que participan de un viaje sensorial. Escenografías gigantescas, proyecciones interactivas y coreografías teatrales se combinan con la música para crear un entorno en el que cada tema del álbum cobra vi

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