Yungas.- Cielo Torres siempre ha vivido en Bolivia , pero antes de cumplir 17 años y mudarse al pueblo de Tocaña —donde reside la mayor parte de la comunidad afrodescendiente— rara vez se había topado a otros bolivianos como ella.
“En Santa Cruz éramos los únicos afro”, dijo Torres, que ahora tiene 25. “Pero cuando vi a más personas como yo, dije 'aquí quiero estar; me siento cómoda y entendida'”.
Su sentimiento no es inusual. A pesar de estar reconocidos en la Constitución, la comunidad afro es una de las más invisibilizadas de Bolivia y a muchos les cuesta sentirse en casa en su propio país.
“Hay gente que piensa que seguimos siendo extranjeros y no tenemos derecho a nada”, dijo Carmen Angola, secretaria ejecutiva del Concejo Nacional Afroboliviano (Conafro). “Pero hemos nacido aquí”.