Los ladrones de cobre han encontrado un filón en los cables de carga de los coches eléctricos . Los robos son cada vez más habituales ya que son fáciles, lo que supone un problema para los usuarios de vehículos eléctricos y, sobre todo, para las electrolineras, que pueden llegar a afrontar gastos de miles de euros.

En unos minutos y con tan solo dos cortes rápidos, los ladrones se hacen con los cables y provocan que los usuarios no puedan recargar su vehículo en el cargador. Además, comprar una manguera individual nueva ronda los 100 euros.

"Los robos en los puntos de recarga cada vez van a más. Saben a dónde ir, tienen localizado dónde está el cargador, hacen un corte muy rápido y limpio, y en cuestión de minutos están fuera del sitio", explica Ferrán Menescal , experto en movilidad

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