Una investigación reciente desarrollada por expertos de la Universidad de Monash identificó un vínculo inesperado entre los sismos y la formación de oro. El estudio sostiene que los terremotos ejercen presión sobre las formaciones rocosas, lo que desencadena un efecto piezoeléctrico en minerales como el cuarzo.
Este proceso de liberación de energía eléctrica favorece la precipitación de oro disuelto en soluciones acuosas, promoviendo su concentración en vetas subterráneas. Esta dinámica podría ser un mecanismo natural adicional para la formación de pepitas de oro .
Los científicos descubrieron que las tensiones acumuladas en las fallas geológicas durante los sismos provocan descargas eléctricas microscópicas. Estas cargas inducen reacciones electroquímicas en el cuarzo, que actúa