El fuero de Familia de Cipolletti resolvió autorizar el cambio de apellido de una adolescente que solicitó dejar atrás el de su progenitor y comenzar a portar el de su madre. La decisión judicial se fundamentó en la historia personal de la joven, los informes técnicos y el marco normativo que protege el derecho a la identidad.
La adolescente relató que desde los seis años su vínculo con el padre quedó quebrado de manera definitiva. Explicó que nunca se hizo cargo de su crianza ni de sus responsabilidades, y que fue su madre quien la sostuvo y acompañó en todo momento. También recordó que portar el apellido paterno le generaba rechazo y malestar, y que en su vida cotidiana ya utilizaba informalmente el de su madre.
En su presentación, mencionó además la existencia de una denuncia penal po