POR JOSÉ LUIS MILIA
El peronismo ya no necesita uniformes ni cuarteles: le alcanza con editoriales, rosca en el Senado y un Schiaretti en la gatera. La democracia se negocia en Puerto Madero, y el golpe se sirve al paso .
Desde el 10 de diciembre de 2023, el peronismo -sí, todo el zoológico: desde la señora con tobillera electrónica hasta los que se autoproclaman “moderados” y “democráticos” como si eso los hiciera menos peronistas y más presentables en sociedad- está masturbando la idea de una acefalía presidencial. No lo ocultan, no lo disimulan, y ahora hasta tienen guionista. La semana pasada, Morales Solá, ese médium del establishment porteño, lo escribió sin anestesia: “El cordobés Juan Schiaretti será candidato a diputado nacional en las elecciones de octubre. La ley de acefalía