La educación financiera ha comenzado a ocupar un espacio en la agenda pública argentina, en gran parte gracias a la colaboración entre el Estado, entidades privadas y la sociedad civil. Se trata de un avance que, aunque incipiente, resulta imprescindible para formar ciudadanos capaces de tomar decisiones informadas sobre ahorro, inversión, crédito y consumo. El Plan Nacional de Educación Financiera (PNEF) se ha consolidado como el eje rector de esta transformación, relevando actividades y promoviendo capacitaciones en distintas provincias.
Uno de los pasos más significativos se dio en La Rioja, pionera con la sanción de la Ley 10.824, que establece la obligatoriedad de la educación financiera en todos los niveles educativos, públicos y privados. Este hecho sienta un precedente de enorme v