En los últimos años, España está viviendo muchos veranos calurosos. Incluso, las altas temperaturas se presentan en periodos donde no deberían ser tan comunes, como la entrada del otoño. Este aumento del calor provoca en los meses claves una sensación térmica que impacta no solo en la salud de las personas, también en la planificación y los asentamientos urbanos. Los edificios expulsan más calor, así como el mobiliario de las ciudades presente en calles, plazas o parques, sobre todo aquellos que no cuentan con sombra.

Esto provoca que el único refugio sea bajo techo y con aire acondicionado, lo que incrementa el gasto económico tanto de individuales como de empresas. No obstante, el urbanismo podría cambiar, y también la construcción, gracias a inventos como el creado por dos jóvenes estu

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