El panorama no podría ser más retador. Las cuentas del Gobierno de Gustavo Petro no cuadran, suspendió la regla fiscal, aumentó el endeudamiento, el riesgo país es de los más altos que ha tenido Colombia y agencias como Moody’s y Standard & Poor’s han rebajado la calificación crediticia del país.
Además, el ambiente en el Congreso, para sacar adelante una ley de financiamiento que le ayude a “cuadrar caja” para su presupuesto del año entrante, no es el mejor, más aún cuando la época electoral empieza a tomar tracción.
Por si fuera poco, hace apenas unos días, Colombia fue descertificada por los Estados Unidos en la lucha contra las drogas, cuyo episodio más parecido fue el siglo pasado, en la presidencia de Ernesto Samper Pizano, y tras conocerse el apoyo del Cartel de Cali a su campaña