Los paralelismos entre la salud humana y la de los animales domésticos son cada vez más evidentes. Muchas enfermedades que afectan a las personas también se diagnostican en perros y gatos, desde la diabetes hasta ciertos tipos de cáncer. Esta semejanza no se limita a lo físico sino que también afecta al terreno del comportamiento, donde algunos trastornos muestran sorprendentes puntos en común entre especies.

Uno de los casos más estudiados es el del trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Aunque el diagnóstico formal corresponde al ámbito humano, algunos perros presentan conductas que recuerdan a la falta de atención, la impulsividad y la hiperactividad características de este cuadro. Ahora, un nuevo trabajo desarrollado por un equipo internacional ofrece un método est

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