Quien convive con un perro sabe que la vida se llena de momentos tan tiernos como desternillantes. Un cachorro que se resbala en el suelo recién fregado, el perro adulto que ‘roba’ nuestra zapatilla con escaso disimulo solo para vernos correr detrás o la mirada cómplice que acompaña un movimiento inesperado parecen más propios de un cómico que de un animal doméstico, lo que hace que surjan preguntas como: ¿lo hacen a propósito? ¿Pueden los perros tener sentido del humor?

Charles Darwin ya dejó escrito en El origen del hombre (1871) que sí. Entre sus muchas observaciones de la conducta animal, relató cómo un perro soltaba un palo cerca de su dueño, solo para arrebatárselo con rapidez en cuanto el hombre intentaba cogerlo. Para el naturalista, aquello era una especie de broma práctica, una

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