El Pirineo aragonés ha amanecido este martes teñido de blanco con la primera nevada de la temporada , un episodio tímido pero suficiente para dejar postales invernales en las cumbres pocas horas después de estrenarse el otoño . La nevada, asociada a una masa de aire de origen polar que atraviesa la Península, ha cuajado por encima de los 2.000–2.100 metros , con precipitaciones en forma de nieve desde 1.600–1.800 metros en los momentos de mayor intensidad.
El episodio ha sido generalizado a lo largo de la cordillera aragonesa, de Astún a Cerler , con manto visible en entornos como La Renclusa (2.140 m) , que ya tuvo un aviso la jornada anterior, y Cap de Llauset (Montanuy) . También se han registrado copos en el Refugio de Estós y en cotas altas próximas