La biometría avanzada se ha convertido en una de las herramientas más innovadoras para la identificación y autenticación de personas. A diferencia de las contraseñas o tarjetas, que pueden ser robadas o duplicadas, las características físicas y de comportamiento de un individuo son únicas, lo que ofrece un nivel de seguridad superior. Este enfoque combina tecnologías de reconocimiento facial, de voz y de comportamiento, proporcionando soluciones más confiables para la protección de datos y el acceso a servicios.
El reconocimiento facial es uno de los métodos biométricos más utilizados. Emplea cámaras y algoritmos de inteligencia artificial para analizar rasgos del rostro, como la distancia entre los ojos o la forma de la mandíbula. Esta tecnología ya es común en teléfonos inteligentes