Alta Gracia volvió a darle vida a una parte esencial de su historia. El pasado 12 de septiembre se inauguró el Paseo de la Cisterna, un sitio que permaneció oculto bajo tierra durante décadas, a pocos metros del Tajamar, y que hoy se suma al circuito cultural y turístico de la ciudad.

Un viaje al origen de la obra pública en la ciudad

La cisterna fue construida en 1907, durante la gestión de Domingo Lepri, y se convirtió en la primera obra pública tras la creación del municipio en 1899. Su misión era abastecer de agua a la villa a través de la histórica acequia jesuítica del siglo XVII. Funcionó hasta 1942, cuando fue reemplazada por nuevas instalaciones, y desde entonces quedó tapada y olvidada.

Más de 75 años después, el arquitecto Eduardo Salusso descubrió la estructura durante traba

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