El peronismo olfatea la posibilidad de empezar a salir del pozo político al que lo ha llevado el estrepitoso fracaso de la gestión de Alberto Fernández. No por mérito propio. Alguna vez, Carlos “Chacho” Alvarez reflexionó que las elecciones no las gana la oposición sino que siempre las pierde el Gobierno de turno.

Con la líder del kirchnerismo con prisión domiciliaria e inhabilitada para ocupar cargos públicos condenada por la causa Vialidad, la carrera por la sucesión en el PJ se largó el 17 de junio cuando Cristina quedó confinada, tobillera electrónica mediante, en su departamento de Constitución.

El gobernador Axel Kicillof arrancó en punta porque se animó a discutirle poder a la ex presidenta desdoblando la elección bonaerense de la nacional, y obligando a Cristina y a Máximo Ki

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