La gala del Balón de Oro es todo glamour pero también un día muy estresante. Viaje a París en avión privado, en el aeropuerto espera un transporte de la organización para llevarte al hotel, sesión de peluquería, cambio de ropa, alfombra roja en el Théâtre du Châtelet y, una vez dentro del edificio, dos horas sentados en las butacas de la platea siguendo la ceremonia. A las 23.00 horas aún había que atender a los medios de comunicación. Una jornada inolvidable pero también estresante.
Tanto que a más de uno se le olvidó comer y casi cenar. La expedición del Barcelona ya estaba volviendo al aeropuerto cuando los más jóvenes tuvieron una idea sobre la marcha que sacó a más de uno del apuro. Lamine Yamal y Pau Cubarsí decidieron invitar a cenar a los directivos. Pero los chavales lo hicieron