La historia de las gemelas Gabriela y Emma Espinosa es un ejemplo de que la lucha por la identidad es un acto de resistencia frente a la discriminación y la violencia en Colombia, donde el año pasado se registraron 361 asesinatos de personas trans, que sufren desafíos sociales, médicos y laborales.
Desde su infancia en el barrio Villa Helena, en la localidad de Ciudad Bolívar (Bogotá), las hermanas Espinosa experimentaron el rechazo y las burlas de su entorno . La desaparición de su padre cuando tenían 8 años dejó a su madre como único sostén familiar, que asumió la crianza y, con el tiempo, se convirtió en su principal apoyo. La cercanía entre las gemelas se fortaleció ante la hostilidad social, al punto de desarrollar un sistema propio de comunicación para protegerse.
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