Esto del bien y el mal cada vez es más confuso, más indescifrable. Como al presidente Sánchez ya le han acusado de casi todas las maldades humanas (capo mafioso, proxeneta, corrupto, amigo de asesinos terroristas, etc.) y no pocas perversiones a fin de permanecer en el poder, ahora la derecha y sus abundantes voceros y columnistas le acusan de que si se porta bien en el asunto de Gaza es por pura maldad.

No sé las veces que he escuchado y leído estos últimos días que eso de que Sánchez se enfrente y denuncie las atrocidades de Israel, es una cortina de humo para ocultar sus corrupciones. Una trama diabólica urdida para lucrarse de las matanzas israelíes. Y mientras Netanyahu le acusaba de terrorismo y de lanzar «amenazas genocidas» contra Israel, el señor Feijóo, impávido, aseguraba que «

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