El Real Zaragoza vive instalado en La Ley de Murphy desde 2013, cuando descendió a Segunda por última vez. Todo lo que le puede salir mal, le saldrá mal . Si cada año piensa que no puede ser peor que el anterior, siempre encuentra la forma de superarse y en esta temporada el inicio no puede ser más catastrófico. Penúltimo clasificado con sólo tres puntos en seis jornadas y ni una sola victoria . El puesto de Gabi ya está en entredicho porque el equipo, lejos de evolucionar, no emite ninguna señal positiva.
En defensa sigue cometiendo errores, en el centro del campo no hay nadie que cree algo de fútbol y en ataque apenas genera ocasiones. Sólo lleva tres tantos y es el equipo menos goleador de la categoría . Para más inri, ha desperdiciado el tramo de calendario más amable. Sólo ha