La sequía es uno de los grandes retos del cambio climático para la agricultura , y el tomate , uno de los cultivos más importantes de la dieta mediterránea, no es ajeno a este problema. Para afrontarlo, un equipo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas ( CSIC ) ha desarrollado un compuesto innovador que permite a las plantas soportar la falta de agua con una eficacia superior a la de sus propias hormonas naturales.

La molécula, denominada cianobactina invertida (iCB), imita el funcionamiento del ácido abscísico (ABA), la hormona vegetal que regula la resistencia al déficit hídrico.

Aplicada en forma de espray sobre hojas de tomate, consigue que las plantas resistan sequías severas sin perder productividad y recuperen la fotosíntesis una vez superado el estrés. El ha

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