Parece ser que, en el mundo, el puntapié inicial lo dio Gran Bretaña, allá por el siglo XVI donde, en las escuelas de caridad, donde asistían niños pobres, algunos sin hogares, se los decidió uniformar con el propósito de mantener la higiene. Eran vestimentas azules, del mismo color que usaba la servidumbre, y el que los confeccionó los hizo muy similares a un hábito religioso. Ese sería el antecedente más antiguo de lo que, en nuestro país, conoceríamos y usaríamos: el guardapolvo.

Nada fue fruto de la casualidad. Caído Juan Manuel de Rosas en 1852, y luego de que el país se unificara diez años después, los gobernantes cayeron en la cuenta de que se vivía una verdadera tragedia educativa.

Los maestros escaseaban, muchos estaban mal formados , salvo los que venían de las escuelas n

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