Una combinación de múltiples factores, en una región en que la regulación y protección están tardando demasiado, amenazan la zona costera latinoamericana con una fuerza nunca vista. Es hora de actuar, alertan expertos.
Las imágenes del pueblo costero de Atafona, en el estado de Río de Janeiro, Brasil, son una advertencia del peligro que acecha en toda América Latina. Parte de esta localidad ha sido tragada por el mar: se han perdido más de 500 casas y un edificio, y los residentes están abandonando el antiguo balneario.
En la costa latinoamericana, la fuerza del océano avanza desplazando los límites conocidos y arrasando con infraestructura, viviendas, centros turísticas y ecosistemas.
Todos los países de la región registran algún grado de erosión en sus playas.
Bien lo saben los de