Nuestra creciente simbiosis con la inteligencia artificial podría no ser un simple cambio cultural, sino el primer paso hacia una fusión casi biológica. Una nueva teoría evolutiva sugiere que estamos en camino de crear un individuo completamente nuevo, uno donde la selección natural opere dentro de la propia IA y nosotros seamos meros subsistemas especializados.

Un nuevo estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences por los investigadores Paul B. Rainey y Michael E. Hochberg sugiere que, a medida que los lazos se estrechan, la humanidad y la IA podrían dejar de ser agentes que interactúan para convertirse en una única entidad evolutiva integrada, sujeta a la selección natural como un todo colectivo.

Para comprender esta idea, los autores recurren

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