En la era de las pantallas gigantes y las cámaras omnipresentes, lo privado nunca es del todo privado. Que se lo digan a , ejecutiva de recursos humanos de Astronomer, y a su jefe, el director ejecutivo Andy Byron. Bastó un abrazo en el lugar equivocado -un palco en un concierto de , bajo el ojo indiscreto de la KissCam- para que sus vidas dieran un vuelco público y profesional.
Lo que parecía una divertida para el público se convirtió en viralidad inmediata cuando , desde el escenario, bromeó: "O están teniendo una aventura o son muy tímidos". Byron, incómodo, murmuró "joder, soy yo" al verse proyectado en la pantalla gigante. En cuestión de horas, las imágenes circulaban por todo el mundo y, poco después, tanto Byron como Cabot presentaban su renuncia.
La narrativa inicial fue cl