Ciudades del sur de China redujeron el martes muchos aspectos de la vida cotidiana, con el cierre de escuelas y negocios y la cancelación de vuelos, mientras la región se preparaba para la llegada de uno de los tifones más fuertes en años, que ya ha cobrado tres vidas y desplazado a miles de personas en Filipinas.

Los residentes de zonas propensas a inundaciones colocaron sacos de arena y barreras en sus puertas. Mientras otros ponían cinta adhesiva sobre ventanas y puertas de vidrio en previsión de fuertes vientos. Muchas personas se abastecieron de alimentos y suministros diarios el lunes. Algunos vendedores reportaban que se estaban quedando sin existencias con rapidez. Algunos habitantes de Hong Kong se reunieron en un paseo marítimo para observar cómo las olas de 2 a 3 metros (de 6 a

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