Tres meses tardó el gobierno de Gustavo Petro en volver a designar a 16 exjefes paramilitares como gestores de paz, pese a que estos ya habían renunciado a dicho rol y habían cerrado la puerta a la instalación de una mesa para, como dijo en mayo de 2024 el propio mandatario, emprender un “proceso de cierre” del Acuerdo de Santa Fe de Ralito.
La decisión tomó por sorpresa al país, pues cuando el proceso se dio por terminado en junio, los antiguos integrantes de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) adujeron supuestos incumplimientos de la oficina del consejero comisionado de paz, Otty Patiño. De hecho, fuentes de esa dependencia señalaron a este diario que la creación de una mesa de diálogo con exparamilitares desmovilizados hace más de dos décadas era vista como inviable y poco pertin