La lesión de Gavi , confirmada tras la artroscopia en su menisco, ha supuesto un mazazo para el jugador, para el vestuario y para el propio club. Lo que en un primer momento parecía una ausencia de apenas seis semanas se ha convertido en una baja de cuatro o cinco meses , tiempo estimado para que el sevillano pueda regresar a los terrenos de juego tras la sutura practicada en su rodilla.

La gravedad de la situación obligaba al Barcelona a plantearse alternativas. El reglamento permite reforzarse si un jugador queda fuera de combate por un periodo superior a los cuatro meses. Sin embargo, desde la dirección deportiva y con el visto bueno de Hansi Flick , la decisión es clara: no se fichará un recambio para Gavi .

Una decisión con varios motivos

Los argumentos son diversos. En primer lugar, el mercado de futbolistas libres —única vía posible a estas alturas— ofrece opciones muy limitadas y ninguna que encaje en el perfil del canterano. “No hay otro como Gavi”, recuerdan fuentes del club, la misma frase que ya se utilizó la temporada pasada cuando el centrocampista sufrió una lesión grave de rodilla.

En segundo lugar, el Barça prefiere evitar movimientos que comprometan el futuro. Aunque las normas de LaLiga permiten una incorporación de urgencia sin penalizar el límite salarial de la temporada en curso, sí tendría impacto en la planificación de la próxima campaña , como ya ha ocurrido tras inscribir a Joan García aprovechando la baja de Ter Stegen.

Recursos internos

La confianza, por tanto, se deposita en la actual plantilla. El centro del campo cuenta con piezas de calidad y polivalencia: Frenkie de Jong, Pedri, Fermín López, Oriol Romeu o incluso un Eric García reconvertido en pivote en caso de necesidad. Para Flick, la clave está en dar protagonismo a los recursos ya disponibles, mantener la cohesión y apostar por la versatilidad.

El valor de Gavi

La ausencia de Gavi es, en cualquier caso, un golpe emocional además de futbolístico. El andaluz se había consolidado como uno de los motores del equipo: intensidad, carácter competitivo y una capacidad de contagiar energía al grupo que pocos jugadores poseen. Su recuperación será larga, pero el club confía en que pueda estar de vuelta en los primeros compases de 2026.

Mientras tanto, el Barça afrontará los próximos meses con la consigna de resistir sin refuerzos, confiando en que la profundidad de la plantilla y el regreso de otros lesionados mantengan vivo el pulso competitivo en todas las competiciones.