El pasado lunes, en Grecia, Jefté Betancor recogió la Bota de Oro que le acredita como máximo goleador de la pasada temporada. Un galardón que subraya la vitola con la que llegó el canario este verano al Albacete: la de goleador contrastado. Sin embargo, seis jornadas después de iniciado el campeonato, su balance goleador con la camiseta blanca es idéntico al de cualquiera de los abonados que acuden cada fin de semana al Carlos Belmonte: cero tantos.

El propio delantero reconoce la importancia del reconocimiento individual, aunque insiste en centrar sus esfuerzos en el presente. «Estoy muy contento de haber recibido el premio. Fue un buen año en Grecia a nivel individual, pero ahora toca poner la cabeza aquí y ayudar al equipo» , declaró este miércoles en rueda de prensa antes del entre

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